22 sept 2007

El juego de los sentimientos, Porqué el amor es ciego.

"Una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades del hombre.

Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la locura como siempre así de loca, les hace esta propuesta: ¿Jugamos a las escondidas?

La intriga y la curiosidad sin poder contenerse preguntan: ¿Al escondite? ¿Y cómo es eso?

Es un juego explicó la locura, consiste en que yo me cubro la vista y comienzo a contar del uno hasta un millón, mientras ustedes se esconden, y cuando haya terminado de contar, el primero que encuentre, deberá ocupar mi lugar y así seguir con el juego.

El entusiasmo se puso a bailar secundándolo la euforia. La alegría da tantos saltos que termina por convencer a la duda e incluso a la apatía a la cual no le interesaba nada.

Pero no todos quisieron participar. La verdad no quería esconderse sobretodo porque siempre la encontraban, la soberbia tenia la opinión de que era un juego mediocre (en el fondo le molestaba que la idea no hubiera sido de el) y la cobardía prefería no arriesgarse.

Uno, dos, tres… comenzó a contar la locura.

La primera en esconderse fue la pereza, que como siempre se esconde detrás de la primera piedra del camino.

La Fe subió al cielo y la envidia se esconde tras la sombra del triunfo que con sus propios esfuerzos logra llegar a la cima de un gran árbol. La generosidad no lograba casi esconderse, cada lugar le parecía maravilloso para algún amigo suyo: que un lago cristalino ideal para la belleza; que bajo un árbol perfecto para la timidez; que si el vuelo de una mariposa el mejor para la voluptuosidad; que si una onda de viento ideal para la libertad.

Así que se escondió en un rayo de sol.

El egoísmo en cambio encontró un lugar muy bello, ventilado, y cómodo…pero sólo para él.

La mentira se esconde en el fondo del océano (mentira, en realidad se esconde tras un arco iris), y la pasión y el deseo en el centro de los volcanes.

El olvido…no recuerdo donde se ha escondido, pero esto no es importante.

Cuando la locura contaba 999,999, el amor no encontraba todavía un escondite, porque todo estaba ya ocupado, pero afortunadamente vio un rosal y entonces se esconde en medio de las flores.

Un millón...Contó la locura y comenzó a buscar.

La primera en aparecer fue la pereza. Después escucho a la Fe discutiendo con Dios, sobre la teología allá en el cielo. Y la pasión y el deseo se sentían vibrar dentro de los volcanes.

Por un accidente encontró a la envidia y fue claro donde estaba el triunfo. Con el egoísmo, no fue problema porque salió corriendo de su escondite por culpa de unas abejas.

De tanto caminar le dio sed y se acercó al lago y encontró la belleza. Con la duda, resultó más fácil, lo encontró sentado sobre una valla porque no había decidido aun donde esconderse.

Así faltaban pocos: el talento en medio de la hierba fresca, la angustia en una cueva oscura, la mentira detrás de un arco iris.

Pero el amor no aparecía por ningún lado. La locura buscó detrás de los árboles, en los ríos, en las montañas, cuando por fin ve el rosal el cual al moverlo de pronto se escucha un grito de dolor. Las espinas habían lastimado severamente los ojos del amor. La locura no sabía como pedir disculpas, llorando e implorando perdón, prometiéndole ser su eterno acompañante.

Desde entonces, ese primer juego de las escondidas en la tierra, el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña."

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